Basándome en la Nueva Carne, que se centra en un nuevo concepto de la tecnología (en este caso representada por la urbe) unida a la carne en búsqueda de una nueva identidad posthumana. La ciudad como ente vivo, mezcla de hierro y carne. La presencia humana es innecesaria, puesto que la carne forma parte de ella: de los pilares surgen músculos, un sistema nervioso cimenta los edificios; los huesos sustituyen a las vigas y surgen del suelo, fundiendo lo orgánico con lo inorgánico, lo real con lo imaginado. De este modo, la Ciudad es un organismo, evolución inevitable producto de que la carne asuma lo artificial, fundiéndose en algo más allá de la individualidad. Quizá los habitantes de esta ciudad sean simples células, o bacterias, que transitan por sus venas; en cualquier caso, la ciudad tiene protagonismo en sí misma, no necesita personajes, puesto que ella misma es la vida y se integra con lo que le rodea. La figura del flâneur se invierte.
lunes, 9 de julio de 2012
Anatomía de una ciudad.
Basándome en la Nueva Carne, que se centra en un nuevo concepto de la tecnología (en este caso representada por la urbe) unida a la carne en búsqueda de una nueva identidad posthumana. La ciudad como ente vivo, mezcla de hierro y carne. La presencia humana es innecesaria, puesto que la carne forma parte de ella: de los pilares surgen músculos, un sistema nervioso cimenta los edificios; los huesos sustituyen a las vigas y surgen del suelo, fundiendo lo orgánico con lo inorgánico, lo real con lo imaginado. De este modo, la Ciudad es un organismo, evolución inevitable producto de que la carne asuma lo artificial, fundiéndose en algo más allá de la individualidad. Quizá los habitantes de esta ciudad sean simples células, o bacterias, que transitan por sus venas; en cualquier caso, la ciudad tiene protagonismo en sí misma, no necesita personajes, puesto que ella misma es la vida y se integra con lo que le rodea. La figura del flâneur se invierte.
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